Hoy la ninfa de la
vida
se me han vuelto a
declarar.
Dios mío cuanta
grandeza;
me ha sacado los
colores
y también alguna
lágrima;
no lo podría
esperar..
Aunque ya no soy un
niño;
hoy ya mayor y
feliz,
ante ella un
barbilampiño.
Quizás lo quiera el
destino
y ese mandato divino
que vuelve y se
fija en mí..
Párvulo y un
tanto trémulo
me he sentido
enamorar;
como el impulso de
un péndulo
de manera
imaginaria
da inercia a mi
maquinaria
para volver a empezar.
Fernando naranjo
duran
7-4/2016
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