jueves, 21 de abril de 2011

"Lo Álvaro"

























-a Juan Pedro Domeqc Solís-

Los “arreones” agrestes
han causado la amargura
de llevarte en derechura
por los alberos celestes.

No se pudo someter
a tu templada pañosa?
Fue una embestida engañosa,
no pudiste suponer
cuan avieso era el burel?
Fue cárdeno en carretero!
Carifosco y coletero,
capirote con dos leños
llevarte a eternos sueños
a ti, poeta y torero?

Fue en mi tierra, al suroeste,
donde dejas escrituras,
sentires y galanuras,
y dolencias de no verte!

Y en Lo Álvaro tus “artistas”
Entre encinas y quejigos
penando estarán contigo,
tan mudos…Ellas sumisas
de entrecortados suspiros..

Silencios a campo abierto
ni mugidos ni cencerros!
Ya tus burracos becerros
presienten con desconcierto
cercano el funesto entierro..

¿No resuenan los galopes
allende los correderos?
Ni el grito de los vaqueros
a la grupa sin azotes
azuzan sus finos trotes!
El garbo en jacas colinas
que serpentea entre encinas
hoy tan solo vagan "credos"
Donde sestean los miedos
he Iscariotes se inclinan…

Impacientemente espera
don Fernando Navalón
a dedicarte ovación
con su liturgia campera
este Viernes de Pasión,

que a tu figura no enturbia
y el capítulo no cierra...
Su compás te desentierra!
Hoy el canto de la lluvia
te funde en fandango y sierra!...

Fernando Naranjo

Viernes 22-4-2011

lunes, 11 de abril de 2011

Estrella del sur...


















Versos para un Otoño


El tiempo, que se detiene?..
Fue solo para admirarte!..
Y decidió conservarte
para mi otoño que viene
cálido a enamorarte...

Si el amor viste de otoño
aquel eterno postigo
curará mi desabrigo,
y al relente mi madroño
soñando estará contigo.

Y con la sombra fragante
de tu duende femenino;
Garante, con desatino,
desdén sutil y elegante
en mi otoño peregrino.

Mezclado entre la arboleda
deshojándome por dentro,
he de salir a tú encuentro
con la savia que aún me queda..
Iré a mostrar la moneda
de una estela enamorada,
mi pasión más soterrada
fue lujuria a barlovento!
Fino amante a sotavento
soy en crespa marejada.

Y tú, a humildes quinqueles
de una tenue sinfonía,
jadeas dulce agonía
despertando mis cimbeles!
Enamorada Cibeles
tejes renglones sin luz
y bordas puntos de cruz
sobre teclas desatentas…
¿Por qué navegas a tientas
luciente estrella del sur?.

Fernando Naranjo Durán

29-1-2011