martes, 30 de enero de 2018

Al río Caliente..

Mi río Caliente.

Ay, fuente ‘peñarromero’
nacida en sierra morena:
no sabes de mis anhelos;
por ese lugar señero
si no voy, muero de pena.

Soy yo de sangre caliente
por nacer junto aquel río:
aunque con pereza al puente
él se arremanse prudente
no olvida su poderío.

Quizás por llegar cansado
de serpentear herido:
-sospecho que enamorado-
de la sombra y de su atmósfera
que preña al Valle Florido.

De la adelfa y la retama
y el alcornoque arrogante,
o el chamariz que reclama
a la alondra y al jilguero
en su plática constante.

Qué trinos los de su fauna
que aletea en libertad.
Un paraíso sin jaulas
es mi sierra a cada instante
ofreciéndoles la paz.

Fernando naranjo duran


12-1-2017

lunes, 29 de enero de 2018

De nuevo a la vida.


De nuevo cuanta alegría
siento yo por este encuentro:
regresa toda armonía
que anduvo cerros y mares
malgastando sus alientos.

Vuelvo yo a estar contento
-me contentan pocas cosas-
Las que sin previo argumento
pero con el sentimiento
de un fragante olor a rosas,

que solo desprenden musas,
las que me hacen cavilar
y enamoran sin escusas:
bendita ya sea la hora
que decides regresar.

Me olvido de mis pinceles
que detestan mis asuntos:
se ofenden por mis quereres
¿qué saben de los instantes
de sentirnos tan presuntos?

Me devuelves a la métrica
y al color de mi compás:
te quiero yo sin cosmética
desnuda de todo ritmo
dispuesta para empezar.

La tarde más se aligera.
¿O presunta se detiene?
En amorosa quimera:
como óleos sobre lienzos
que por amor se sostienen...

fernando naranjo duran

29-1-2018

miércoles, 24 de enero de 2018

De mis musas-



No hay otra musa mejor
dándome satisfacciones
que mujer en su esplendor
-sin preguntarle la edad-
sabe conquistar mi amor
más allá de sus razones.

Otras musas son las tierras
en que naces o cohabitas:
pues cuanto misterio encierran,
quizás porque todas hembras
aúnan delicadezas
y a mí las penas me quitan

haciéndome ser un hombre:
sin ellas qué poco hacer;
una me diera a mí el ser
con otras probé mi nombre;
y ahora ellas me enamoran
con la ilusión de mi ayer.

Quiera dios que no me falten
ni abandonen mi palenque:
quisiera ver sus semblantes
serenos sin una lágrima:
cuando mis últimos versos
anuncien saberme ausente.

Fernando naranjo duran


21-1-2018

martes, 23 de enero de 2018


100 cien versos de amor 100


Si me pides, ay amor,
que en cien versos yo te diga
el motivo que me obliga
cuánto dicta el corazón,
escribiré con pasión
cuanto a mi ventana asoma;
contaré con punto y coma
desenjaular lo sabroso,
y juro ser generoso
si es que mi pluma razona.

¿Y en cien versos que te digo
que no te habría dicho antes?
Que sus sílabas galantes
te prestarán todo abrigo;
más por mucho no consigo
que te entregues a mi amor
ofreciendo lo mejor
que un sencillo amor ofrece;
sabiendo que tú mereces
más que ofrecer pueda yo.

Ya sabes, motivos tuve
de estar muy enamorado
pues persigo obsesionado
trotando de nube en nube
sílabas con be y con uve
para hablarte de mi amor:
eludo me adulador
y aunque fuera de servicio
propongo yo un armisticio
a este fuego a discreción.

Que disparan tus poderes
de belleza singular,
y cómo pude olvidar
pensar en otras mujeres;
pues solo a ti te prefiere
ese amor que siempre en danza
hoy afina la balanza
con toda filosofía
que le da su analogía
de raquítica esperanza.

Tras un sinfín de cuartetas
quise adentrarme en los versos
para hacerlos más excelsos,
pretendiendo ser poeta;
pero con regla obsoleta
al más puro estilo clásico
y desdeñar lo más básico
puse a itinerar el alma
y anudar con toda calma
los atisbo de un agracio.

Aunar las sonoridades
para mis leves coplillas
y hacer fugaces ‘quintillas’
ágiles, convencionales,
donde apoyar los puntales
de mi anhelo en desarrollo.
Siempre buscando el apoyo
sin agravios de pereza
de aquel que todo comienza
a satisfacer su aliento
y acredita el documento
a edificar por su cuenta.

Y por fin las ‘espinelas’
mis décimas elocuentes
las buceo, intensamente,
por mares o callejuelas
donde dejar mis esquelas,
mis sentires más profundos,
amorosos, o jocundos,
diez versos dan para mucho;
y recargan mi cartucho,
si son versos iracundos.

Para ofrecerte castillos
y lunas con todo hechizo
quise ejercer de castizo
y escribí mil estribillos
para ayunos ‘sonetillos’
buscando un renglón vibrante
aparentar ser brillante
para sentirme a tu altura:
créetelo tú, criatura
me pareció alucinante.

tras arrebato de amor
de justificado aprieto
pensó para ti un soneto
y ofrecerte lo mejor:
ahondar arte mayor
para sentirme importante;
pues de manera galante
presentar ante tus ojos
equilibrados manojos
de una cosecha fragante!

Con amor y desatino
endecasílabos puros
escribí por ti lo juro:
más, andando yo el camino
maduré el alejandrino
para ofrecer lo mejor;
y me arropó el pundonor
que dictan mis sentimientos
y buscando a compás lento
conseguir quise tu amor.

Fernando naranjo duran


14-1-2018