La vida que
a mí me quede
dedicaré
para ti,
con los
posos de la savia
que a
solerara ese tiempo
que a mí me
tocó vivir.
No se lo
cuentes a nadie,
que esto a
nadie, ya le importa;
beberemos
despacito
el vino de
la locura
que los
amantes soportan.
¿Aquí quién
se ha de enterar
que vinimos
al rocío,
si nadie
aquí nos conoce?
Aprovechemos
la vida
permitámonos
el goce!
Que los
caminos de vuelta
siempre
tuvieron su aquél;
¿según por
lo que se cuenta?
Que yo con
este y contigo
será la
primera vez.
A la vuelta
y por los pinos
por aquello
del destino
tenderemos
las dos mantas:
otra más por
si hace frío
nos
echaremos en lo alto,
hasta que
nos den las tantas.
Fernando
naranjo duran
21-5-2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario