Ni un verso para una rosa
ni una rosa para un verso.
Ay mi amor, que mala cosa;
hoy tu olvido de improviso
volviera a dejarme al fresco.
Más; tendré que acostumbrarme
a mis sílabas desnudas
y humillado rebajarme
a tu ausencia cotidiana
sin esperar a que acudas.
Y pronto la media noche
firmará su día nuevo
sin describir un reproche:
pues la vida continúa
como siempre; desde luego..
fernando naranjo duran
21-2/2016
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