Lo que el fuego
se llevó.-
Todo cuanto
anide tú alma
de aquel fuego
destructor,
y en tus
retinas las llamas
lo que aquel
feudo reclama
encojen tu
corazón.
Maldita mano
asesina
que prendiera
aquella antorcha.
Sin respetar
corta fuegos,
las llamas
llegaron lejos
por vericuetos
y trochas.
Y aquel fuego
inquisidor
de entre
alcornoques y encinas
jaras,
chaparros y aulagas,
dejaron de ser
posada
de las aves
cantarinas.
Un mal recuerdo
serrana,
Señora de tu
cortijo.
¿Si pudiera ser
el juez
para tu causa
mujer,
fiscal, u
honesto testigo?
Más, solo te ofrezco
versos
y no, un sólido
presente.
Ya sé que no
aspiras eso
ni tampoco mi
regreso
que aturda
quizás tu mente.
Fernando naranjo
duran
05/10/2020
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