lunes, 9 de septiembre de 2019

Camilo...







Camilo..


Para cantar al amor
con sencilleces del alma;
las fuerzas de algún tenor
hay que tener; y el pudor,
para enamorar al mundo
con tan exclusiva alarma.

Camilo, tú enamoraste,
a las hembras de mi tiempo;
y también ilusionaste
el sentir de los románticos
que buscábamos amor
más allá del sufrimiento.

Fuiste un sencillo poeta,
¿Si es que un poeta es sencillo
tras un alma soberana
y laringe en terciopelo?
¡Qué tremendo cantautor
con voz de dulce campana
que hoy emprende un triste vuelo!.

Tú, ensalzaste a la Mercury.
Aquella diosa divina
a la orilla del Pireo.
Bella y singular Melina,
la que esculpieron los dioses
con licencias de Morpheo.

Con tus canciones triunfé
en épocas tan doradas
que hasta logré enamorar
alguna chiquilla guapa
en aquellas atracciones;
las que hoy mi pluma relata.

 Para explicar el amor
no hubo nadie como tú;
tú supiste acariciar
a todas allende el alma
que entregadas se rindieron
a tamaña excelsitud.

Con dulzura turronera
tú, elegante alicantino,
hoy nos dejas profunda huella
¿y al amor de una mujer
quién habrá de enamorar
por bohemio y peregrino?

Algo de envidia sostengo
cuando escribo yo al amor;
pues en mi otoño dorado
sigo al amor desde cerca
más, no sé, si a ciencia cierta,
hoy te emulo; trovador.


Fernando naranjo duran

9-9-2019



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