(A Ana María López Antolín)
El otoño de la vida
sabe entregar sus colores;
a ti y a mí nos convida
de sus ocres; los mejores;
y a disfrutar en conjunto
de tenues tonalidades,
ser felices trotamundos
lejos ya de adversidades.
Tú acarreando a tu nido
con arrullo a tus polluelos;
todos contigo reunidos
ponen fin a tus desvelos.
Te devuelven la sonrisa
plena de tu juventud;
de aquel vivir tan aprisa
sin notar la esclavitud.
Y en el compás sostenido
de un pentagrama de cielos
el concierto se ha cumplido
acorde con tus anhelos.
Sin darnos por enterados
disfrutamos los albores,
de confines deseados
sin importa sus rigores.
Buscando un punto de luz
surcamos mil barandales
de la mar y roquedales;
y en mi mundo siempre tú
dándome amor a raudales..
Contigo tuve abundancias
y espantamos sinsabores:
hoy las sutiles fragancias
que rodean nuestro entorno
siguen siendo las mejores..
fernando naranjo duran
27-1-2017
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